¿Alguien ha visto la película In Time? Trata sobre un posible futuro cercano en el que la vida estaba cronometrada con un tatuaje digital en el brazo. La moneda de cambio eran minutos de vida, que se podían obtener con el trabajo diario o con técnicas no tan legales.
La razón por la que rememoro este film de Andrew Nicool de 2011 algo fallido en su puesta en práctica es la noticia del lanzamiento de Chaotic Moon, que consiste en un dispositivo en forma de tatuaje digital que puede almacenar y gestionar información del usuario e incluso registrar sus constantes vitales con el fin de poder detectar antes que nunca una posible enfermedad.
A la tecnología que interactúa con el cuerpo y que, por decirlo de alguna forma, “se lleva puesta” se le ha designado el nombre de accesorios o dispositivos “biowearables”. Y es lo mismo que planteaban en la película In Time.
Obviamente, sin llegar a ser tan pesimistas en el futuro tecnológico que cada vez está más cerca, debemos centrar nuestra atención en la cantidad de dispositivos que están buscando nuestro cuerpo directamente para transmitirnos información. Como si nosotros fuéramos el dispositivo perfecto y los móviles, tablets y demás accesorios sólo fueran unos “simples” intermediarios entre la información y nuestro Yo receptor.
En este sentido hemos asistido a prototipos de móviles, relojes y todo tipo de tecnología que se podría “fundir” (ya que no queremos hablar de términos como “instalar” para diferenciarnos de las máquinas) de forma que podemos acceder, recibir y gestionar nuestra información con nuestro cuerpo. Curiosamente en la mayoría de los casos son los brazos los lugares perfectos para incluir esta tecnología, por el ancho de superficie que ofrecen, como también porque es más sencillo interactuar con la mano del otro brazo en esta parte del cuerpo que en cualquier otra. De lado dejaremos pasar el hecho de qué sucedería con quienes sufren alguna amputación o problema en las manos.
El nombre oficial de estos dispositivos biowearables es “Tech Tats”. Lo desarrollado hasta el momento consiste en un dispositivo que lleva pintura en su interior. A través de ella se conduce la electrónica que posee e interactúa con el cuerpo humano. El resultado es una especie de tatuaje realmente llamativo que podría analizar el cuerpo del usuario y ofrecer información sobre su temperatura, la salud de partes de su cuerpo, etc. No obstante, ya están sugiriendo que también podría servir de “billetera digital” si pudiese conectar con la base de datos del banco. De ahí a In Time queda menos de lo que se piensa.