El primero local dedicado a la cocina ecuatoriana con notas de alta gastronomía ha abierto en Madrid hace algunos meses. Se llama Paralelo Cero, en cocina Michael Ruiz y en sala Pedro Duart, ofrece platos de la tradición con estética contemporánea. La Sorpresa, en Paralelo Cero, tuvo más que ver con un comportamiento de bajo bandolerismo que en la comida.
Aprovechando el Gastromenú (25€) que ofrecían por el Gastrofestival lanzado por Madrid Fusión, probamos un salmorejo, un ceviche de corvina salvaje y pulpo, donde el pescado estaba con altas notas cítricas y el fondo con notas de naranja resultaba muy agradable, y nos recordó el probado hace pocos días en el Bistró de Casablanca, éste último más redondo y equilibrado. A veces las comparaciones son odiosas.
Para concluir con un Bacalao demasiado encubierto por una salsa por una salsa de plátano macho. Las carnes que tomaron mis acompañantes, un seco de gallina pintada y una fritada de cerdo “ibérico” estaban, esa noche, algo secas y confusas.
Para postre tres sorbetes cerraron el menú.
A veces los caminos de las mejoras gastronómicas no pasan solo por un emplatado más actual, o usar platos con estética siglo XXI. Hay que mostrar un fondo de cocina coherente.
Me da la sensación que Paralelo cero tiene que trabajar un poco más en redondear sus propuestas. Primero el sabor, luego las texturas, y finalmente los disfraces de cocina actual.
Pero la gran sorpresa fue comprobar, ya en la calle, que el menú cobrado a 25, lo marcaban (Menú Quito) a 15,99€. Y aunque les he escrito pidiéndoles una explicación han optado por el silencio como respuesta.
Son malos tiempos, y debe ser que unos cuantos euros valen más que la honradez económica. Vayan a Paralelo Cero, sí, pero miren muy bien los listados de precios, si no pueden llevarse alguna sorpresa inesperada.