Tengo un amigo, y a veces alumno en algún curso de esos que doy para hacer más llevadera la crisis, que mantiene la teorÃa de que Murcia es una ciudad que está dispuesta al cambio gastronómico. Y que muchas veces son los propios empresarios los que se dejan llevar hacia la inercia de la repetición, frustrando de antemano el deseado cambio y la incorporación de nuestra ciudad al ritmo de ciudades que se han adaptado a un tapeo de sabor tradicional y potente, pero de estética absolutamente contemporánea.
Todo ello por haber puesto en manos de cocineros que vienen de grandes casas al frente de las pequeñas cocinas que mueven los bares de barrio, llamados ahora gastrobares, neotabernas, o sencillamente los bares de tapas de toda la vida.
Este tejido, de una gastronomÃa de alta calidad a precios asequibles, viene creado por la necesidad que han tenido los cocineros más jóvenes procedentes de grandes casas, donde pasaron largas temporadas formándose y dando sus primeros pasos en el camino de sus trabajos, por aportar ahora esos conocimientos adquiridos al desarrollo de nuevos locales, menos formales, y que se han hecho realidad con un estética más rompedora, atrevida, y desenfadada. O sencillamente han sido los propios patrones, que cansados de que la alta gastronomÃa no sea todo lo rentables que necesitan, los que abren locales menos encorsetados para ofrecer una gastronomÃa asequible que es capaz de llegar mucho más directamente al gran público.
Si el paradigma de éste paraÃso tapeador clásico venÃa siendo, por tradición y modernidad, la hermosa ciudad de San Sebastián, con ejemplos como el rompedor A Fuego Negro o el Aloña Berri, ahora podemos constatar que muchas otras urbes han tomado carrerilla y se han apuntado a una tradición muy española, como es la del picoteo, que además, en épocas de crisis como la que estamos viviendo, se muestran mucho más adecuadas para nuestros maltratados bolsillos. Barcelona, Sevilla, Valencia Madrid, Vitoria o hasta ese iconoclasta Abastos 2.0, ubicado en el mercado de Santiago de Compostela.
Por ello en un par de noche hemos decidido recorrer algunos locales de la ciudad de Murcia, unos de apertura más reciente que otros, y después de haber realizado una visita casi estadÃstica, creo que hemos llegado a algunas conclusiones que me gustarÃa dejar en este espacio.